La leyenda cuenta que
al arquitecto que diseñó el estadio, el yugoslavo Victorio Sulsic, le
regalaron una caja de bombones y cuando la abrió se sorprendió al ver la
similitud con lo que él estaba diseñando. De todos modos, la primera
vez que el estadio tuvo un nombre oficial, fue el 20 de abril de 1986
cuando recibió el de Camilo Cichero, en la tarde en la que Boca derrotó
por cuatro a dos a Talleres de Córdoba. El 27 de diciembre de 2000, un
mes después de haberse consagrado campeón del mundo en Japón, la
Comisión Directiva le cambió el nombre y lo rebautizó con el de Alberto
J. Armando, exactamente 13 años después del fallecimiento del recordado
presidente que dirigió la Institución en las décadas del sesenta y
setenta.
Han pasado
muchos años y muchos jugadores por el césped de La Bombonera.
La Bombonera no tiembla, late. Late al compás de los corazones azul y oro que todos los domingos sufren, ríen y lloran por esa pasión inigualable.